
La alimentación está influenciada por diversos factores culturales y económicos tanto individuales como de la sociedad en general. La disponibilidad, variedad, costo, creencias, etc. de alimentos, influyen notablemente sobre los hábitos dietéticos de una población.
Estos factores no siempre contribuyen a una “buena alimentación”. La falta de información, la información errónea o confusa, suposiciones, costumbres, escasez de recursos, falta de tiempo, etc. hace muchas veces que nuestra alimentación no sea la adecuada.
La publicidad y los medios de comunicación también tienen una alta influencia sobre los hábitos de alimentación de la población y no siempre orientan hacia un consumo racional.
En Argentina hay abundancia de alimentos, sin embargo, muchas personas no tienen acceso a cantidades suficientes y variadas de alimentos sanos. Otros pueden tener acceso a suficientes alimentos y sin embargo carecer de los conocimientos necesarios para confeccionar una dieta que contribuya al cuidado de su salud y por lo tanto a mejorar la calidad de vida. En ambos casos, una dieta inadecuada puede conducir a enfermedades.
En abril de 2003 la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), presentaron un informe, elaborado por expertos, sobre alimentación, titulado “Dieta, Nutrición y Prevención de Enfermedades Crónicas”. El documento contiene la información científica más reciente sobre la relación de la alimentación, la nutrición y la actividad física con patologías cardiovasculares, diversos tipos de cáncer, la diabetes, la obesidad, la osteoporosis y las enfermedades dentales.
Lo anteriormente mencionado tiene especial importancia en la Argentina pues nuestro país posee problemas nutricionales: Tales como las enfermedades crónicas (obesidad, diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares etc.), estrechamente relacionados con los estilos de vida y la alimentación. En la actualidad la Argentina se caracteriza por la alta prevalencia de enfermedades crónicas no trasmisibles, siendo las vinculadas al sistema circulatorio la primera causa de muerte.
Regímenes alimentarios sanos y una actividad física adecuada, constituyen una herramienta eficaz para contener la creciente amenaza de las enfermedades no trasmisibles y disfrutar así de una mejor calidad de vida.
Estos factores no siempre contribuyen a una “buena alimentación”. La falta de información, la información errónea o confusa, suposiciones, costumbres, escasez de recursos, falta de tiempo, etc. hace muchas veces que nuestra alimentación no sea la adecuada.
La publicidad y los medios de comunicación también tienen una alta influencia sobre los hábitos de alimentación de la población y no siempre orientan hacia un consumo racional.
En Argentina hay abundancia de alimentos, sin embargo, muchas personas no tienen acceso a cantidades suficientes y variadas de alimentos sanos. Otros pueden tener acceso a suficientes alimentos y sin embargo carecer de los conocimientos necesarios para confeccionar una dieta que contribuya al cuidado de su salud y por lo tanto a mejorar la calidad de vida. En ambos casos, una dieta inadecuada puede conducir a enfermedades.
En abril de 2003 la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), presentaron un informe, elaborado por expertos, sobre alimentación, titulado “Dieta, Nutrición y Prevención de Enfermedades Crónicas”. El documento contiene la información científica más reciente sobre la relación de la alimentación, la nutrición y la actividad física con patologías cardiovasculares, diversos tipos de cáncer, la diabetes, la obesidad, la osteoporosis y las enfermedades dentales.
Lo anteriormente mencionado tiene especial importancia en la Argentina pues nuestro país posee problemas nutricionales: Tales como las enfermedades crónicas (obesidad, diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares etc.), estrechamente relacionados con los estilos de vida y la alimentación. En la actualidad la Argentina se caracteriza por la alta prevalencia de enfermedades crónicas no trasmisibles, siendo las vinculadas al sistema circulatorio la primera causa de muerte.
Regímenes alimentarios sanos y una actividad física adecuada, constituyen una herramienta eficaz para contener la creciente amenaza de las enfermedades no trasmisibles y disfrutar así de una mejor calidad de vida.
Importante:
Adquirir hábitos alimentarios saludables contribuye aprevenir ciertas enfermedades.
Adquirir hábitos alimentarios saludables contribuye aprevenir ciertas enfermedades.